Caída en el parque de la gárgola

Alguien buscaba para divertirse la muerte súbita
sujeto a las altas gárgolas del parque
y sobre los techos rojos de París

Se le veía llegar bajo la claridad de sus zapatos
en el amanecer del mismo estanque
donde los gansos custodiaban silenciosos las flores de loto
o en la naranja dulce que le regaló la última verdulera
del mundo

Descendió de prisa desde los altos ventanales
donde se contemplaba el alto techo de gárgolas
descendiendo, apoyandose hasta con los codos
para no caer más en su caída
imitando el vuelo del buho o de la mariposa
haciendo un velero de la camisa blanca
esperando impaciente la llegada del tiempo
en que dejarse caer era como flotar entre los días estivales
con la llegada de la feria, las gentes y los animalejos
en que los ojos de las gárgolas miraran hacia bajo
en que las doncellas bajaran de las nubes como lluvia
en que tuviera tanta sed como los chicos
para beberse el aire, la prudencia, la feria, el mundo
allí arriba mirando el rostro endemoniado de la gárgola
bajo estos cielos rojos.